2009-09-04

La fiebre de un sábado azul y un domingo sin tristezas. Esquivas a tu corazón y destrozas tu cabeza y en tu voz, sólo un pálido adios, y el reloj en tu puño marcó las tres. El sueño de un sol y de un mar, y una vida peligrosa cambiando lo amargo por miel y la gris ciudad por rosas.
Te hace bien, tanto como hace mal, te hace odiar, tanto como querer y más.