Existen personas en nuestras vidas que nos hacen felices por la simple casualidad de haberse cruzado en nuestro camino. Tal vez cada hoja de un árbol caracteriza uno de nuestros amigos. Hablando de cerca, no podemos olvidar a amigos distantes, aquellos que están en la punta de las ramas y que cuando el viento sopla siempre aparecen entre una hoja y otra. El tiempo pasa, el verano se va, el otoño se aproxima y perdemos algunas de nuestras hojas, algunas nacen en otro verano y otras permanecen por muchas estaciones. Pero lo que nos hace más felices es saber que las que cayeron continúan cerca... Son recuerdos de momentos maravillosos de cuando se cruzaron en nuestro camino. Habrá de los que se llevarán mucho, pero no habrá de los que no nos dejarán nada. Y esa es la mayor responsabilidad de nuestra vida y la prueba evidente de que dos almas no se encuentran por casualidad.
>> Feliz día AMIGOS