A la primera persona que me ayude a comprender pienso entregarle mi tiempo, pienso entregarle mi fé. Aunque lo diga la gente yo no lo quiero escuchar, no hay más miedo que el que se siente cuando ya no sientes nada... Niño, tú lo ves tan fácil ¡ay amor! pero es que cuanto más sencillo tú lo ves, más difícil se me hace. A la primera persona que no me quiera juzgar pienso entregarle caricias que yo tenía guardadas, yo no pido que las cosas me salgan siempre bien pero es que ya estoy harta de perderte sin querer.